Cigarrillo y cerebro




Si bien es ampliamente conocido que el fumar cigarrillos es malo para la salud, lo que más se resalta es que aumenta el riesgo de distintos tipos de tumores y enfermedad pulmonar.

Cada día, se realizan más investigaciones para conocer que le hace el tabaco a cada sistema del organismo, y el cerebro y el sistema neurológico no escapan de su acción.

Inmediatamente que ocurre?
La nicotina alcanza el cerebro en segundos después de comenzar a fumar. Aunque inicialmente se pensó que su acción era únicamente similar a la del neurotrasmisor acetilcolina, se han descrito cambios en las concentraciones de otras sustancias, tales como serotonina, norepinefrina y GABA.

El efecto que en general es estimulante, con un aumento del estado de alerta. Este es un efecto de corta duración.

La nicotina produce un cambio en la población de receptores de acetilcolina a nivel cerebral, que estaría involucrado en la presencia de síntomas de abstinencia en el momento en que se intenta dejarlo.

Acciones cerebrovasculares
Produciendo vasoconstricción y aumento de la agregabilidad plaquetaria y la viscosidad de la sangre, el cigarrillo aumenta la incidencia de enfermedad vascular cerebral. 

El cigarrillo está implicado en 4 de cada 10 casos de ictus. Recordemos que el ictus (el llamado ACV), es la primera causa de discapacidad prevenible en el mundo.

Efectos similares a la morfina o la heroína
Algunos fumadores refieren un efecto calmante o sedante. El cigarrillo, al igual que la morfina y la heroína, estimula la liberación de unas sustancias llamadas endorfinas a nivel del tejido cerebral. 

Las mismas, conocidas también como “opiodes endógenos” por su efecto similar al de la morfina, producen alivio del dolor, aumento del bienestar y sensación de recompensa. Esto podría explicar porque para muchos fumadores resulta tan difícil abandonar el hábito.

¿Disminución del tamaño del cerebro?
La corteza cerebral es la capa que recubre todo el cerebro, es llamada también materia gris o sustancia gris por su color, que se lo proporciona el hecho de que las fibras nerviosas que allí se encuentran no están cubiertas de melina.


Se divide en áreas o lóbulos, allí se llevan a cabo funciones superiores como el razonamiento, la percepción, elaboración y comprensión del lenguaje. El adelgazamiento de la misma ocurre normalmente con la edad, pero se ve acelerado por el consumo de cigarrillos.





En un estudio publicado en 2015, se realizaron comparaciones de resonancia magnética cerebral de 500 individuos, hombres y mujeres cuya edad promedio era de 73 años, la mitad de ellos fumadores en la actualidad o ex fumadores, la otra mitad nunca había fumado. 

Encontraron que el área del cerebro llamada corteza, es más gruesa en aquellos individuos que nunca han fumado que en los que fumaban y lo dejaron. Los que presentaron cortezas cerebrales más delgadas son aquellos que aún son fumadores.

Se piensa entonces que el fumar cigarrillos aceleraría el envejecimiento cerebral y podría aumentar el riesgo de trastornos cognitivos, también llamados demencias. El efecto de adelgazamiento es reversible al dejar de fumar, pero se desconoce qué tan rápido se produzca la normalización y/o si esta es completa.

La recuperación será más rápida en aquellos que fuman menores cantidades. Independientemente, la posibilidad de una mejoría, es un potente estímulo para abandonar el cigarrillo, no importa la edad del fumador.

Otras alteraciones a nivel estructural
Estudios practicados en animales muestran una disminución de la estabilidad del citoesqueleto y alteraciones en el trasporte axonal.

Efecto sobre el sistema dopaminérgico
La dopamina está implicada en funciones como el aprendizaje, la motivación y el control de adicciones.

Se ha encontrado una reducción hasta del 20% de la actividad dopaminergica en fumadores. Este efecto podría estar implicado en la dificultad que percibe el fumador para dejar el tabaco.

Sin embargo también se observó recuperación de la misma a los 3 meses de abandonar el hábito. Podríamos suponer que la dificultad para estar sin fumar disminuiría al cabo de este tiempo.

Algunos autores han sugerido que el consumo de nicotina podría hacer más susceptible al individuo a otras adicciones, como por ejemplo al alcohol. Además, cuando estas dos sustancias se consumen juntas (alcohol y cigarrillo) su efecto de deteriorar la memoria a mediano y largo plazo aumenta de forma exponencial.

En fin, cada día hay más hallazgos de lo que puede hacer el tabaco en nuestro cerebro. Vamos a tomarlos como un poderoso incentivo para abandonar el hábito, o para ayudar a las personas que nos rodean a hacerlo, porque de esa manera estarán favoreciendo un envejecimiento saludable, que implique no solo tener una larga vida, sino calidad de la misma, con independencia y autosuficiencia.


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Referencias:
•HO, Yuen-Shan, et al. Cigarette smoking accelerated brain aging and induced pre-Alzheimer-like neuropathology in rats. PloS one, 2012, vol. 7, no 5, p. e36752.
•KARAMA, Sherif, et al. Cigarette smoking and thinning of the brain's cortex. Molecular psychiatry, 2015, vol. 20, no 6, p. 778.
•MAO, D., Gallagher, K., & McGehee, D. S. (2011). Nicotine potentiation of excitatory inputs to ventral tegmental area dopamine neurons. Journal of Neuroscience, 31(18), 6710-6720.
RADEMACHER, Lena, et al. Effects of smoking cessation on presynaptic dopamine function of addicted male smokers. Biological psychiatry, 2016, vol. 80, no 3, p. 198-206.


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